jueves, 3 de diciembre de 2009

Luces en la ciudad


Ayer, a las 18'10 se prendieron las luces con que se ha engalanado mi ciudad. De repente sobre nuestras cabezas, bombillas de mil colores agrupadas en figuras con motivos navideños nos recuerdan que ya estamos próximos a celebrar esta fiesta.


Y el próximo dia 13, se inaugurará la ya clásica “Feria de Santa Lucia”, frente a la catedral, donde cientos de vendedores abrirán sus puestecillos repletos de belenes de todos los estilos, de guirnaldas, de estrellas y de abetos traídos de los Pirineos.

A partir de esta fecha, miles de hogares se verán decorados por esas figuras, ya sean de reciente compra o de Navidades anteriores, e incluso aquellas heredadas de anteriores generaciones.

Yo recuerdo el Belén que preparaba mi abuela. No le faltaba ningún detalle y tanto mi hermana como yo, de pequeñas, colaborábamos en su montaje. Íbamos a comprar musgo y guardábamos cuidadosamente el papel de plata que había recubierto alguna barra de chocolate. Lo alisábamos con cuidado y con él creábamos el río y el pequeño estanque que disponíamos como parte del “paisaje”.

Aunque a decir verdad, más de un quebradero de cabeza le creábamos a mi abuela. Mi hermana, rápidamente suplantaba al “San José” original por otro que no se dónde había sacado, pero que por complexión parecía un baloncestista de la NBA en comparación con el resto de figuras. ¿Su motivos para hacerlo? “Es que este San José es muy guapo” (¿¿??). Yo, por otra parte, en cuanto podía y no había “nadie vigilando”, tomaba todas las figuras y montaba coreografiás con ellas, o las alineaba de la más alta a la más chiquita, con lo cual ya comprenderéis que siempre el primero de la fila era el “San José guapo” y los últimos en aparecer eran el niño Jesús al que acompañaban los pequeños patitos que deberían estar en el estanque.

Con el tiempo, este Belén tan “completo” es el que dispone mi hermana en su casa, pero eso si, el San José “original” sigue sin salir de su cajita, siendo aún suplantado por el “guapo”.

Yo por mi parte, dispongo del que una vez creó mi padre: en un casco de bomberos que había llevado, hizo un boquete y si se mira a través de él, se ve en su interior el pesebre, sin que le falte detalle. Las paredes debidamente decorada con grietas como si una cueva se tratara. A un lado un poco de paja, al otro, un viejo caldero, en el fondo, una abertura por donde se puede ver el paisaje con estrellas y palmeras. Y en medio de la cueva, las figuras de San José, la Virgen, el Niño y el buey y la mula, rodeando una pequeña fogata, creada con una pequeña bombilla rojita que tintinea como si fueran llamas. ¡¡Me encanta este Belén aunque no tenga un San José “wapo”!!

1 comentario:

Beto dijo...

Que buen relato, y si que es especial ese nacimiento que creó tu Papá, es un tesoro, en casa tenemos un trozo de madera donde hace siglos alguien talló la llegada de los Reyes Magos, si vieras los detalles de esa pequeña obra de arte, cuando leí tu entrada recordé ese trozo de madera.
Ambos son Obras de Arte, lo bueno es que tu si conociste a uno de los artistas.