viernes, 11 de diciembre de 2009


La CGT adhiere al golpe y en el juramento del nuevo ministro de Economía, Néstor Jorge Salimei, están presentes, entre otros, el dirigente metalúrgico Augusto Vandor –que se refiere al hecho como un “reencuentro nacional”- y representantes de las 62 Organizaciones. Las directivas de Perón se resumen en aquella famosa frase “hay que desensillar hasta que aclare” o sea, esperar el curso de los acontecimientos. (Ref. tira 19 de julio ’71).
El 2 de julio se prohíbe la actividad política, el 9 Isabel Perón abandona el país y el 24 Alvaro Alsogaray es enviado al exterior para explicar “los alcances de la Revolución”. El día 30 el gobierno suprime la autonomía universitaria, recuperada durante el gobierno del doctor Alfonsín. Las universidades pasan a depender del Ministerio de Educación y el nuevo administrador de la Universidad de Buenos Aires es el juez Luis Botet.
La noche siguiente al decreto de supresión de la autonomía universitaria se reúnen los Consejos de cada Facultad para analizar la nueva situación. La policía irrumpe entonces en todas las casas de estudio destrozando puertas, vidrios, golpeando y deteniendo a decenas de estudiantes y profesores.
El operativo quedó inscripto como “la noche de los bastones largos”, titulado así por Sergio Morero –testigo ocular- en una nota publicada en “Primera Plana”. Había comenzado el éxodo.
Se allanan albergues transitorios (entonces hoteles alojamiento) a las horas más intempestivas y una moralina gris y opaca se extiende por todo el país.

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