sábado, 20 de febrero de 2010

Recuerdos "chateros"


Hoy volví a entrar en la sala de En Plenitud, la primera sala donde entré hace ya un poco más de dos años. De hecho ahora entro de forma muy esporádica, pero hoy tenia que hacerlo, y más en la “hora mexicana” (como yo la llamo), aunque tuviera que madrugar un poco, para agradecer de forma "más directa" a los que se pudieran encontrar allí en aquel momento, las bellas felicitaciones que me hicieron llegar por mi cumpleaños.

Esta sala siempre será muy querida por mi. Entré en ella por pura casualidad, como ya alguna vez creo que les he contado. A decir verdad, nunca antes había entrado en un chat. Pero gracias a ella pude conocer a muy buenos y queridos amigos. Me brindó la oportunidad de conocer personas que, por lógica nunca hubiera conocido, pues viven “al otro lado del charco”.

Posteriormente, fui invitada a participar como colaboradora en otras salas: primero la de Pili (ya cerrada) y luego la de mi “hermana” Hana. A quien desde aquí le pido una vez más disculpas por no colaborar en su sala tanto como debiera, pero entre las ocupaciones diarias y las “diferencias horarias”, mi capacidad como colaboradora se ve muy mermada. Pero eso si, intento compensarlo cuando puedo durante el fin de semana (domingo por la noche en España), que es cuando en la sala hay más afluencia de personas en cualquier horario. Y hay que estar al pendiente de que nadie imponga su música frente a los otros, así como que todos sean debidamente saludados.

Hay quien dice que los chats tienen “mala prensa”, pero allí, como en cualquier otra parte, depende de los motivos que nos hagan entrar en él y, por supuesto, en el tipo de sala. No dejan de ser lugares públicos, donde cada cual se comporta como realmente es, aunque haya quien quiera disimularlo. Dicen que hay gente que se ha visto “engañada” ¿seguro que es así? ¿o quizás dio pie al engaño? Por poca “vista” que se tenga, se puede leer muy bien entre líneas cómo son realmente los participantes. Quien va de frente y quien miente cual bellaco/a.

Incluso se puede distinguir claramente entre “nacionalidades”. En la sala de Pleni habia dos grandes grupos: los argentinos y los mexicanos. A mi entender (ojo, no se trata de ningún estudio científico y mucho menos de “catalogar” a nadie): los argentinos formaban un grupo un tanto cerrado, eran amables con el resto de la gente, pero “iban a su aire”. Por contra, los mexicanos formaban un grupo más bullicioso y a la vez más integrador. Te sentías una más entre ellos. Jajaja aún recuerdo, porque hoy me lo ha vuelto a recordar de nuevo, el saludo que siempre me hacia China (de Monterrey, México): “Regalitooooo”, porqué así siempre me ha llamado. “El regalito” que les llegó de España. ¡¡Que bella manera de denominarme!! Borrando fronteras. Como ha de ser. Aprovechar este medio para sentir que no somos de acá o de allá, que formamos parte de una misma comunidad
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1 comentario:

amaranta dijo...

Miguitaa bethhh.ya me perdonaste por no acordarme de tu cumple?//si?si ? si?..

Yo tmb me acuerdo cuando comenzamos en la sala de Plenitud,era muy distinta a lo que es ahora,tanto asi,que tengo como tres meses que no paso por alli.bueno tampoco no entro mucho aqui (lo digo yo antes q lo digas tu,je,je) pero es q toy siempre ä millon"'>Pero el cariño es el mismo,y tu lo sabes Miguita.

Y es cierto,lo q dices ,los mexicanos son mas abiertos en la amistad,tmb deje buenos amigos argentinos,no lo niego,el Guille,te acuerdas?/Gaviota,y otros mas..y lo de el bullicio mexicano,pa que decir nada,jjeje si son uno "'manitos a todo dar"'

Bueno.creo que por esta noche cierro mi "cotorra"que mañana es lunessssssssssss que pecado.Porque no hay tres domingos seguidos???

Mas bechos del otro lado del charco.y de que llegan mojaditos..ni modo....