martes, 24 de agosto de 2010

Cosas que pasan...

Ya está por terminar el mes de Agosto, y por tanto las vacaciones para la mayoría de personas de este país. Y no solo queda reflejado en el calendario, sino en la publicidad. Ya verán como dentro de pocos días los de los grandes almacenes “El Corte Inglés” nos dirán “Ya ha llegado el otoño”. ¿Ya otoño? Pero si es 1º de septiembre!! Shhhhh a callar. Lo anuncia “El Corte Inglés “ y con ello basta y sobra, así que derechitos a su tienda más próxima a comprar ropita para afrontar dicha estación. Que cuando nos la probamos sudamos hasta quedar licuados? Bueno, y qué? Menos protestar y más comprar.

Asimismo pronto volverán a atacarnos con aquellos anuncios de colecciones por fascículos. Si aquellas que llenan los quioscos de prensa, de tal manera que el pobre vendedor no tiene ni por donde asomar la nariz.

Son de lo más variopinto: “Historia de los buques de guerra. Con el primer fascículo un remo de galera de regalo”. ¡¡Y vaya remo!! su tamaño es muy inferior al de un mondadientes. ¿Total de piezas y fascículos a coleccionar? No inferior a 50.

Otra colección? Pues una dedicada a las aves, y como complemento: silbatos de reclamo para llamar a los pájaros. Y parece que está dedicada al público infantil. Anda, y ahí tienes al niño dándole al silbato como un poseso, piiiiiiiiii, piiiiiiiiii. Por suerte estos coleccionables por entregas son de poca duración. La fidelidad de los seguidores es bien escasa y por lo tanto a lo sumo ponen a la venta un par o tres de fascículos (con su regalito complementario) y fin!!

Pero yo sé de alguien, y no es broma, que se animó a hacer toooodo el coleccionable de “Animales prehistóricos” (o algo así). Junto a cada edición regalaban un huesecito para montar un tiranosaurio rex. Parece que el niño estaba interesado en este tipo de “animalitos”. Pues bien, los padres, armados de paciencia, fueron adquiriendo las entregas quincena tras quincena. Hasta que llegó el último número. ¿Último? Y dónde estaba uno de los huesos de las patas? ¿Cómo mantener a ese fiero animal de pie sin él? ¿Acaso deberían ponerle una prótesis de madera? ¿Un t-rex convertido en pirata? Y en ausencia del clásico loro “piratil”, deberían ponerle el periquito familiar en uno de sus hombros? ¿No seria exponer a un riesgo totalmente innecesario al pobre pajarito? Porque en una de esas, el t-rex va y se lo zampa, no?

Por mucho que los padres reclamaron a la editorial, no hubo solución. Se habían “olvidado” de fabricar tan preciado hueso y de incluirlo en sus entregas. Con lo cual se me hace que debe haber por estos mundos de Dios unos cuantos tiranosaurios rex desarmados, dentro de cajitas de cartón. ¡¡Ayyy que poco respeto para ese gran depredador!! Si nuestros antepasados cavernícolas lo hubieran sabido, seguro que más de una broma hiriente le hubieran gastado antes de ser devorados.

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