domingo, 29 de noviembre de 2009

La dignidad de Catalunya (II)

El Editorial que aquí publiqué el otro dia y que subscribia por completo, no ha tardado en expandirse como un reguero de pólvora entre la sociedad tanto catalana como española.

La mayoría de entidades sociales y partidos políticos catalanes lo han hecho suyo también y en cuanto a nuestros "vecinos" españoles hay quienes más o menos lo apoyan y quienes lo rechazan por completo y aprovechan para lanzar verdaderos cañonazos dialécticos contra la flota catalana. Insultos hacia una sociedad, a una nación histórica, que lo único que pretende es que se respeten las reglas de un pacto suscrito, que para mayor "Inri" algunos de los artículos bajo análisis del Tribunal Constitución, también forman parte de otros pactos suscritos con otras comunidades autónomas españolas, punto por punto, letra por letra, y ante lo cual no ha habido objeción alguna por parte de ningún estamento español ¿por qué entonces sí con Catalunya? ¿Por qué no se nos mide con el mismo rasero?

Además, los "expertos" apuntan que un fallo del Tribunal Constitucional adverso a los intereses catalanes, creará una "fábrica de independentistas". Un sentimiento con tendencia al alza en los últimos años. Un estudio académico constató que hace cuatro años el 13,6% de los catalanes abogaba por la independencia de Catalunya, sentimiento que creció el 19% este año. El partido que más apuesta por la vía soberanista, Esquerra Republicana (Izquierda Republicana), pasó de ser casi residual con un 4% de los votos a finales de los años noventa a ser la tercera fuerza con el 18% de los sufragios en los últimos comicios autonómicos.

El creciente sentimiento soberanista es un hecho en la política catalana y ahora se ha materializado en la convocatoria de las consultas populares sobre la independencia, sin reconocimiento "oficial" por parte del gobierno español. Primero fue gracias a la iniciativa de un pequeño municipio de Arenys de Munt, y el 13 de diciembre están convocados a ello otros 160 municipios de Catalunya, o sea que más de 700.000 catalanes están llamados a pronunciarse.

Los catalanes nos hacemos oír, reclamamos nuestros derechos a través de la palabra, del voto, pero nunca a través de la violencia, eso no va con nosotros, respetamos y queremos ser respetados, simplemente esto.

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