jueves, 24 de junio de 2010

Yo también fuí alguna vez a la playa la noche de San Juan

Hay noticias que uno no quisiera nunca oir, porque ello significaria que nunca hubieran sucedido. Pero hoy no ha sido así, tan solo despertarme y poner la radio e escuchado algo atroz: 12 jóvenes vidas sesgadas de repente y 13 debatíéndose entre la vida y la muerte.

Pienso en sus familias, en sus seres queridos, que quizás creian que sus hijos a esas horas ya estaban festejando en la playa la noche de San Juan y de pronto ha sonado el teléfono en su casa...... Pienso en las llamadas telefónicas que se van a producir cruzando el Atlántico. El desconsuelo de unos abuelos que quizás nunca llegaron a conocer a sus nietos personalmente y que nunca llegarán a conocer.

Los motivos, las causas, la opinión que los expertos dicten sobre el trágico suceso, poco importa, lo peor es que sucedió, que ya no hay marcha atrás. No se le puede pedir a un joven más prudencia que la que determina su edad. No juzguemos desde el punto de vista de los adultos, no ha lugar.

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