jueves, 24 de enero de 2013

Días de rosas y espinas...

Otra vez de nuevo aquí. Casi se podría decir que al entrar en el blog he tenido que dedicar un tiempo a limpiar las telarañas. Y cual es el por qué de éste regreso. Quizás por el puro hecho de dejar constancia de los hechos que están sucediendo en mi tierra: Catalunya.

Tras una celebración de nuestra fiesta nacional, 11 de septiembre, llena de fuerza y entusiasmo reivindicando nuestra independencia, los gobernantes se encontraron que a partir de aquel momento eran ellos quienes debían actuar en consecuencia ante este clamor popular. Y, así fue como lo que primero que hicieron fue promulgar unas nuevas elecciones, donde los diversos partidos pudieran incluir o no su voluntad de independencia. Llegados a este punto debo precisar que el que era Presidente por aquel entonces pensó que revalidaría su puesto con una mayoría de votos aplastante. 


Y aunque sí que ganó de nuevo, esa victoria resultó ser un tanto amarga: había perdido apoyo popular. Los escasos dos años de gobierno había pasado factura, ya que se habían caracterizado por una amplia serie de recortes presupuestarios principalmente en cuanto a ayudas y subvenciones para los más necesitados y, por contra, un incremento en los impuestos.


Así que aunque su programa político hablaba de que daría los pasos necesarios para conseguir la independencia, el pueblo decantó su apoyo a otros partidos que apoyaban el independentismo y por tanto la nueva configuración del Parlamento dejó bien patente este ideal de futuro.


De más está decir que el Gobierno de España, si ya de antes del pasado 11 de Septiembre, se mostraba receloso ante los catalanes, merced a todos estos hechos aumentó su desconfianza y su miedo (aunque esto último intentaran e intenten disimularlo al máximo utilizando el menosprecio).


Y ayer se produjo un acontecimiento singular, incluso muchos dicen que histórico: En el Parlamento se llevó a votación la "Declaración de la soberanía de Catalunya", resolución que, de ser aprobada, daria inicio a llevar a cabo los trámites precisos para un plebiscito popular en el cual los catalanes habrán de decidir si seguir con sus ansias de independencia o desistir de ellas. 


Tal como se preveía, la Declaración fue aprobada por mayoría parlamentaria. Los partidos políticos: CiU, Esquerra Repúblicana, Iniciativa y la CUP, votaron a favor. El PP y Ciudadanos votaron en contra. Y en el seno del Partit Socialita de Catalunya (PSC/PSOE), se produjo el gran cisma, tal como todos sospechábamo: La cúpula decidió acatar las órdenes de sus dirigentes centrales, o sea el PSOE, y por tanto, votar en contra. Pero hubo 5 "disidentes" que votaron en blanco.


De más está decir la cara que puso el Presidente del PSC cuando la Presidenta del PP en Catalunya le soltó en pleno estrado que con esta decisión quedaba demostrado que habían visto la luz  y se habían unido a ellos: Realmente humillante. Pero no tuvo más que tragárselo, aunque si el PSC votó en contra no fue tanto por considerarse "españolistas acérrimos", sino porque ellos creen en el proyecto de un  Estado español federal.


Ni qué decir de los exabruptos que hoy han lanzado algunos miembros del gobierno español y sus medios de comunicación afines (los llamados "cavernas mediáticas"). A los catalanes, menos bonitos, nos han llamado de todo. No entiendo tanta obstinación en contra de que un pueblo se defina y más pensando que quizás los acontecimientos futuros irán a favor de ellos, ya que pienso que quizás si finalmente se realiza el plebiscito puede ser que sea contrario a la causa catalana: En estos momentos de grave crisis económica puede que a muchos, por muy catalanistas que sean, les venza el temor de un estado catalán sin un céntimo en sus arcas, pues aunque muchos economistas digan que tenemos amplias posibilidades de echar adelante e incluso convertirnos en una potencia económica, para que ello se consiga hay que tener, ya de buen comienzo,  la capacidad de invertir, de crear trabajo, etc.


Seguiré informando.....



3 comentarios:

Maita dijo...

Un "matrimonio a la fuerza", eso son Cataluña y España. Nada bueno ha salido y saldrá de esa unión. El divorcio, es la mejor opción.
Alomejor, con el tiempo a España se le pasaría la pataleta y tan amigos...., ¿no?

Maita dijo...

Un "matirmonio a la fuerza", eso son Cataluña y España. Nada bueno ha salido y saldrá de esa unión. El divorcio, es la mejor opción. Alomejor, con el tiempo a España se le pasaría la pataleta y tan amigos...., ¿no?.

Beth dijo...

Así es amiga, es un "matrimonio a la fuerza", e incluso añadiria que no es nada paritario. Uno de los dos cónyuges es el dominante y saca de ello provecho. Así las cosas, aunque no soporte a su pareja, se niega a "soltarla", pues de ella obtiene grandes beneficios.