miércoles, 30 de enero de 2013

Camino hacia la administración cavernícola


Si antes resultaba a veces difícil llevar a cabo las tareas de oficina a causa de las absurdidades burocráticas, ahora las situaciones que se dan en el trabajo son  demenciales!!
Aquí van como ejemplo algunos hechos sucedidos hoy mismo:
Ya llevábamos tiempo solicitando nos sea suministrado papel "con membrete" o sea con el nombre y dirección del Departamento, hasta que ya ha llegado el momento en que no nos quedaba ni una hojita de él. Nueva reclamación a la imprenta del propio edificio, y la respuesta que nos han dado esta vez ha sido definitiva: "No dispondréis de este  papel hasta dentro de más o menos mes y medio, pues primero han de producir los destinados al nuevo Consejero". Así que no hay otra solución que confeccionar el formato en Word, e imprimirlo por nosotros mismos.
Y aquí aparece otro problema: ¿Cómo quieren que primero imprimamos las hojas y luego sobre las mismas confeccionemos las notificaciones siendo como estamos tan escasos de tóner para las impresoras? (para solicitar un tóner se ha de justificar al máximo de que el anterior está completamente agotado, y con suerte, esperar horas (o más bien días) hasta que se decidan si otorgarte uno de nuevo).
Por si esto fuera poco, a alguien se le ocurrió modificar las plantillas de los documentos, así que cuando los abríamos....¿qué era aquello? Unas plantillas que se desconfiguraban tan sólo empezar a escribir en ellas!!
Preguntada la responsable de todo ese galimatias, la respuesta taxativa que hemos recibido ha sido: "Yo modifiqué las plantillas, pero no las he verificado, eso es tarea vuestra, pero es preceptivo que utilizeis a partir de ya mismo este modelo 725".
¿725? a la porra con el 725!! Teníamos notificaciones por hacer y no admitían demora alguna. Así que en cuanto obteníamos el documento anulábamos por completo el formato, para así volver al antiguo. ¡¡Notificaciones hechas!! biennn.
Pero ha durado poco la alegría  Cuando las íbamos a cursar via electrónica, resulta que el servidor de la plataforma EACAT no funcionaba. O sea un servidor que no servia para nada.
En mi caso en concreto tenía un Ayuntamiento aguardando frente al ordenador a que le llegara nuestra carta. Así que lo único que se me ha ocurrido y ha sido eficaz, es mandársela mediante un sistema bien sencillo: email.
A todo eso yo le llamo trabajar contracorriente, no? Suerte que ya estamos avezados a ello e improvisamos sobre la marcha, pero de seguir así las cosas ya me veo redactando como en la prehistoria, o sea: con un martillo y un cincel escribiendo sobre una piedra y haciendo el correspondiente envío mediante correo-brontosaurio.

1 comentario:

Maita dijo...

Paciéncia, amiga mía, que como dice el refrán es la madre de la ciéncia, el sentido común ya lo pones tú. ¡Animo!