viernes, 25 de enero de 2013

Capitanes y marineros


¡¡Qué tiempos aquellos en que la profesionalidad, la satisfacción por la tarea  bien hecha hacían que el trabajador fuera apreciado por su patrón!!.

Ahora tales cualidades de nada valen. El patrón sólo quiere producción y más producción, resultados y más resultados, llegando a exigir al trabajador más de lo humanamente posible, y recriminándoles por no cumplir las expectativas.

Y eso de las “expectativas”, es más que cuestionable. ¿Son expectativas reales? o sea que se deberían cumplir para que la empresa siga manteniéndose en pie, o son expectativas irreales, aquellas de que por pedir, por desear, que no quede.

Así las cosas, los empresarios parecen quedarse con ésta última opción, la cual les sirve para exigir y exigir, amenazar y amenazar a sus empleados. ¿Y quien puede trabajar a gusto de esta forma? NADIE. ¡¡Qué mala política de empresa!! Si se quiere que una nave funcione, han de implicarse todos por igual: Capitanes, marineros y grumetes (incluso algún que otro polizón), y ha de ser a base de cordialidad, complicidad, y apoyo mutuo, lo cual les ayudará a llegar a buen puerto y, aunque así no fuera, al menos habrían tenido una navegación por mares tranquilos, sin tormentas creadas por el propio barco (empresa).  De lo contrario, a la marinería le dan ganas de saltar de la nave y subirse a la primera que pase cerca (aunque tuvieran que hacer auto-stop náutico).

Nota: Este post está dedicado a un buen marinero que tiene un muy mal capitán.

2 comentarios:

Maita dijo...

¡No te puedes hacer idea de cómo entiendo tus palabras y también de cómo las comparto!.

Algunas personas muy,muy cercanas me dicen lo mismo día tras día, año tras año. El trabajo mal entendido por objetivos,ha invadido todos los ámbitos y todas las profesiones.

Amiga mía, aquí hay lo que hay... nunca puede ser tarde para agarrar una maleta y salir por piernas.

Beth dijo...

Hola querida amiga, y bienvenida de nuevo a este blog que es el tuyo.
Lamentablemente estas cosas suceden no sólo aquí, sino que están completamente globalizadas. Incluso tengo constancia que en el gran país europeo que todos quisiéramos ser: Alemania, se está explotando sin medida al trabajador. O sea es aquello de que en todas partes están conciendo habas. Habrá que agarrar la maleta y probar quizás en Marte. Besossss